En el mundo de la moda, el poliéster ha conquistado el escenario como una fibra versátil y asequible. Sin embargo, detrás de su apariencia brillante y su amplio uso, se esconde una realidad menos obscura: el poliéster tiene un impacto ambiental muy negativo. Este blog explorará cómo esta fibra sintética contribuye al deterioro de nuestro entorno.
El poliéster, descubierto en 1914, es una resina plástica subproducto del petróleo. La variante más conocida del poliéster es el PET que es el resultado de polimerizar componentes para obtener fibras y crear telas, muchas de las que se conocen hoy en día.
Crear poliéster implica un uso de grandes cantidades de petróleo, micro plásticos que no son biodegradables y que contaminan océanos y tierras. Según un artículo publicado en Forbes - que cita un estudio de World Resources Institute- el poliéster de textiles generó solo en 2015 1.5 trillones de libras cúbicas de gases de invernadero y a pesar de ello es ahora uno de los materiales más utilizados para textiles y otros elementos debido a su bajo costo.
Las alternativas
Desde hace unos años ha ido tomando fuerza cada vez más un movimiento de moda sostenible a nivel mundial que reclama una forma de producir textiles que sea responsable no solo medioambientalmente hablando sino también a nivel social, teniendo en cuenta la salud de las personas.
Algunos de los materiales sustentables que podemos encontrar en la ropa son:
- Bambú
- Caña
- Lino Orgánico
- Tencel
- Lana
En Sinvergüenza utilizamos Micro-Modal de Tencel, y somos una empresa orgullosamente sustentable.